Historias de la Biblia hebrea
EL ESCRIBA QUE ESCRIBIÓ LA BIBLIA HEBREA

Historia 107 – Esdras 7:1-10:44
De los cuarteles del gran rey en Susa, ahora pondremos nuestra atención nuevamente en los judíos en Jerusalén y en Judá. Por mucho tiempo después que la primera compañía vino a la tierra, bajo el cuidado de Zorobabel, pocos judíos de otros países se les unieron. Los judíos en Judá estaban en la pobreza y desanimados; muchos de ellos habían pedido dinero prestado que no podían pagar. Algunos se habían vendido como esclavos a otros judíos que eran ricos. Sus enemigos los rodeaban por todas partes, los samaritanos estaban al norte de ellos y todos eran idólatras en su tierra. Estos enemigos constantemente les robaban sus cosechas y les mandaban reportes malos de los judíos a los gobernantes de Persia. Muchos de los hombres de Israel se habían casado con mujeres fuera de su misma raza; y sus hijos estaban creciendo mitad judíos y mitad persas; no podían hablar el idioma de sus padres y ni sabían nada del Dios verdadero.

Noventa años después que los judíos habían llegado a esa región, Jerusalén aún era un pueblo pequeño. Muchas de sus casas estaban en ruinas y la ciudad no tenía una muralla. En esos tiempos si una ciudad no tenía muralla, no estaba protegida de sus enemigos. Por eso, era fácil que gente del desierto entrara a la ciudad a saquear lo que quisieran. En esos tiempos cuando la tierra estaba en gran necesidad, Dios levantó dos hombres para ayudar a su gente. Estos dos hombres eran Esdras y Nehemías. Esdras guió al pueblo de Judá al camino de Dios y cómo adorarlo y servirlo; especialmente sembró en ellos una pasión por el libro de Dios como nunca antes lo habían sentido. Al mismo tiempo, Nehemías le dio al pueblo una esperanza nueva, aliento y fuerza, ayudándoles a construir una muralla alrededor de Jerusalén. El trabajo de estos dos hombres trajo paz y solvencia a Judá y atrajo a muchos otros judíos de regreso a su propia tierra.

Esdras era un sacerdote que vivía en la ciudad de Babilonia, era descendiente de Aarón, el primer sacerdote. También era profeta que traía la palabra de Dios a su gente. Lo más importante de Esdras era su amor por el libro de Dios, el cual en esos tiempos estaba muy olvidado. La mayoría de los libros de la Biblia hebrea, conocida también como el Antiguo Testamento,habían sido escritos mucho tiempo atrás. Sin embargo, en esos tiempos no había imprentas, así que cada copia tenía que ser escrita a mano. Era mucho esfuerzo escribir los libros de la Biblia y había pocas copias de ellos; cada libro de la Biblia se encontraba en diferentes partes. Antes de Esdras, nadie había visto la Biblia hebrea completa en un solo libro y en una serie de libros juntos.

Esdras empezó a recolectas las copias de los diferentes libros entre los judíos. Cada que encontraba un libro, hacía una copia y la guardaba. También animaba a otros hombres que hicieran copias cuando encontraban los libros. Y finalmente, Esdras había hecho copias de todos los libros de la Biblia hebrea con excepción de los más recientes. Fueron escritos en su mayoría como los tenemos ahora; claro que las copias de Esdras eran en hebreo, el idioma que la mayoría de los escritores usaron en la Biblia hebrea.

Esdras puso todos estos libros juntos en uno solo. Este gran libro fue escrito en pergamino o piel de oveja en rollos largos. Cuando terminó el gran libro, se llamó el Libro de la Ley, porque tenía las leyes de Dios para su gente, tal y como fueron dadas por medio de Moisés, Samuel, David, Isaías y el resto de los profetas. Cuando Esdras terminó el libro de la ley, hizo un gran recorrido de Babilonia a Judá, y con él llevó los rollos del libro. También fue con la compañía de hombres que él mismo les había compartido la pasión por la ley de Dios. A lo igual les había enseñado cómo escribir las copias, leerlas y enseñarla a la gente. A los hombres que daban su vida en el servicio de hacer copias del libro, estudiarlo, y enseñar la ley, se les llamaba “escribas”, lo que significa, “escritores”. Esdras fue el primer y el más grandioso de los escribas, pero él no era el único. Había muchos escribas entre los judíos en Judá y en otras regiones. Por todas partes los judíos comenzaron a leer y a amar la Biblia. Después del tiempo de Esdras, había copias de la Biblia hebrea en cada lugar donde los judíos adoraban. De esta manera se aseguraban que ninguna porción de la Biblia se perdiera.

Has de recordar que solamente había un templo y un altar en todo el mundo para los judíos. Y en ese único altar se hacían sacrificios dos veces al día. Pero los judíos que vivían lejos, no estaban cerca del templo para adorar; así que formaron entre ellos lugares donde pudieran adorar juntos llamadas, “sinagogas”, lo que significa, “reuniéndose juntos”. Al principio se juntaban en casas, pero después construyeron sinagogas, muy similar a nuestras iglesias. Las sinagogas en pueblos y ciudades eran las iglesias para los judíos en todas partes. Algunas de estas sinagogas eran grandes y hermosas, y la gente se reunía una vez a la semana para adorar a Dios; ahí cantaban salmos, escuchaban la lectura de la ley y los profetas, y platicaban de lo que habían escuchado. Era como una junta de oración, cada persona podía compartir lo que quisiera. Los hombres se sentaban en tapetes en el piso, mientras que los dirigentes se sentaban en sillas. Las mujeres se sentaban en otra sección separada por un enrejado, de esa manera ellas podían oír y ver sin que fueran vistas. Al final del cuarto cerca de Jerusalén, había un baúl grande llamado, “el arca”, dentro de ella guardaban las copias de los libros de la Biblia hebrea. De esta manera, en todas las sinagogas los judíos de todo el mundo podían escuchar la lectura de la Biblia hebrea para memorizarla. Todo esto pasó como resultado del trabajo que Esdras puso en copiar y enseñar la palabra de Dios.

Esdras logró otro trabajo casi de la misma importancia como de dar la Biblia hebrea al mundo. También enseño a los judíos, primero en Israel y después en otras regiones, que ellos eran la gente de Dios; les enseñó que debían vivir separados de otras naciones. Si hubieran continuado casándose con mujeres de otras razas, las cuales no adoraban a Dios, en el futuro no hubieran existido los judíos, los cuales sí adoraban a Dios. Esdras hizo que muchos dejaran las esposas extranjeras, y les trató de enseñar cómo ser gente única alejada de la adoración de ídolos, aunque vivieran rodeados de ellos.

De esta forma, Esdras hizo que los judíos se vieran como gente santa, devota al servicio de Dios. Les enseño que vivieran separados de otras naciones y que guardaran sus propias costumbres y tradiciones. Les enseñó que siguieran la ley de Dios que se encontraba en los libros de la Biblia hebrea, aunque fuera insignificante. Cada generación fue enseñada a cómo servir y adorar a Dios.

Hasta hoy en día, los judíos continúan guardando las reglas que Esdras les dio a sus antepasados hace muchos años. Así que junto a Moisés, Esdras tuvo más poder sobre los judíos que cualquier otro de los profetas o maestros. En el mundo judío, Esdras es considerado un gran hombre en su historia, comparado con Moisés; le llaman, “el segundo fundador de Israel”.